Desde el mismo momento del nacimiento, los niños y niñas aprenden nuevas habilidades a una velocidad vertiginosa. Y junto con esas nuevas habilidades, también adquieren la confianza para usarlas.
A medida que crecen, esa confianza puede ser tan importante como las habilidades en sí. Para desarrollarse bien, los niños y niñas, necesitan confiar en sus propias capacidades al mismo tiempo que tienen que aprender a afrontar sus equivocaciones y errores de forma constructiva.
Educar niños y niñas que demuestren seguridad y confianza en sí mismos, se convierte en un verdadero reto para padres, madres, educadores y colegios. Y es que encontrar el equilibrio entre la libertad que les haga seguros y autónomos y la protección que les evite peligros, no es tarea fácil.
Nosotras tampoco hemos encontrado la receta mágica a la hora de enfocar nuestros pasos como educadoras para garantizar el éxito absoluto en esta tarea, pero sí que hemos descubierto pequeños gestos que podemos llevar a cabo en nuestro día a día, para poner a los peques las cosas más fáciles. Desde elogiar en vez de criticar, ir dándoles pequeñas responsabilidades acorde a su edad, minimizar los fracasos y nuestra favorita… ENTRENAR EL PENSAMIENTO POSITIVO. Para logar esto último, os traemos una propuesta sencilla que podéis poner en práctica una vez terminéis de leer este Lupatip. Veréis, cuando en muchas ocasiones les hemos pedido a los niños, niñas y adolescentes con los que nos ha tocado trabajar, que escribiesen las situaciones que les han aportado seguridad en el día, no teníamos mucho éxito y es que sentarse a anotar este tipo de cosas les costaba mucho. Así que le dimos una vuelta, e ideamos un sistema mucho más sencillo y visual(como nos gusta siempre en Las Gafas) “Mis Logros en un tarro”. Os explicamos:
Se trataría que cada miembro de la casa o de la clase o los que quisieran participar en este ejercicio, tuviesen un tarro de cristal vacío. Lo podemos decorar, poner el nombre, pero lo importante es que se vea el contenido. Cada noche, antes de acostarnos o al terminar el día en la escuela, meteremos dentro un garbanzo (bueno, quien dice garbanzo, dice piedrita de colores, canica, botón…. nosotras es que somos así, tirando a rústicas) por cada situación en la que hayamos conseguido sentirnos seguros o todos los logros que hayamos conseguido en ese sentido durante el día, se convertirán en un garbanzo que va para dentro del tarro. Conseguiremos así, que al ver cómo crecen los garbanzos en el tarro, crezca también paralelamente la autoconfianza y la seguridad en uno mismo. Así de simple y así de sencillo.
Y tú, ¿te animas a tener un tarro? Si lo haces, no dudes en contarnos el resultado y si tienes redes sociales, puedes etiquetarnos junto a la foto de tu tarro con el hashtag #Lupatip6.